Aguijón punza
tres pulgadas, perfora.
Saca bilis.
Atraviesa la lengua, que se abra limpia,
yo sufro con sol y de noche.
Sufro y hago mi solo de llanto donde nadie me ve.
Blasfemo. No lastimo.
Punza herrumbre.
Detrás de la puerta mi heroína en foto.
Café fuerte todas las mañanas y vela encendida
veinticuatro horas para ella que me alumbra.
Punza en clave tac, tac, tac, tac, tac.
Vi un pájaro caer contra el cemento,
y me sentí inmortal.
Mi dolor es alto.
Mi niña en clave adentro, dice la palabra mar.
Suena a piedrecita cálida en la tarde.
Cándida si está de siesta a mi lado
o si amanece.
Derroche el café de sus ojos.
Sigo por ella,
aunque me arda la lengua.
Aguijón punza.
Desaparéceme lo que hostiga,
lo que hiere y no menciono.
Armando Suárez Cobián nació en Antilla, en 1957. Ha publicado los libros de poemas Corre ve y dile (Extramuros, La Habana, 1986) y Nueva York no eres tú (Torre de Letras, La Habana, 2013), y el volumen de cuentos El libro de los amores breves (Lingkua, Barcelona, 2014). Este poema pertenece a un libro inédito.