La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA), expresaron su preocupación ante el agravamiento de la inseguridad alimentaria en Cuba, así como por las interrupciones prolongadas del suministro eléctrico, según un comunicado conjunto publicado este lunes.
"Esta situación afecta desproporcionadamente a ciertos grupos de personas, como las personas mayores, mujeres embarazadas, niñas, niños y adolescentes, así como a personas con enfermedades crónicas, lo cual genera graves impactos en sus condiciones de vida", subrayaron.
Las organizaciones destacaron que "recientemente el Gobierno cubano solicitó apoyo al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) ante las dificultades del país para seguir distribuyendo leche subvencionada a niñas y niños menores de 7 años, así como debido a la escasez de harina para el pan subvencionado de la canasta básica, pese a ser un bien básico en la dieta cubana. Asimismo, en marzo de 2024, se observó un incremento significativo de interrupciones en el suministro eléctrico en diferentes partes del país".
La CIDH se ha pronunciado anteriormente sobre la persistencia del cuadro crónico de desabastecimiento de alimentos básicos y productos esenciales en la Isla. La situación resulta de un contexto de bajo crecimiento económico, alta inflación, reducción de la producción y venta de alimentos y problemas de infraestructura, sobre todo en el sector eléctrico; y se agravó con las recientes medidas económicas adoptadas por el Gobierno, entre ellas, el aumento de precio de los combustibles y de la electricidad y el fin del subsidio de la canasta básica, así como la devaluación de la moneda, resaltaron.
Asimismo, la CIDH reiteró su preocupación por la continuidad del embargo económico impuesto por EEUU, y subrayó la importancia de levantarlo para asegurar los derechos humanos que resultan afectados por esta medida.
Por otra parte, este contexto de deterioro de las condiciones para el ejercicio de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales en Cuba resultó en el resurgimiento de protestas sociales en marzo de 2024, destacaron las organizaciones denunciantes.
"Entre estas, se destacan las iniciadas el 17 de marzo en Santiago de Cuba, con reclamos ciudadanos relacionados principalmente al suministro eléctrico y la escasez de alimentos. Estas manifestaciones se ampliaron en diferentes partes del país y también destacan el descontentamiento de la ciudadanía con la ausencia de libertades fundamentales", agregaron.
Frente a este escenario, en particular el agravamiento de la escasez alimentaria y de interrupciones en el suministro eléctrico, la CIDH y la REDESCA reiteraron su llamado al Estado cubano a adoptar acciones concretas para proporcionar el acceso de su población a una alimentación adecuada o a medios para obtenerla, así como a los servicios públicos indispensables a sus necesidades vitales y desarrollo integral.
Ambas organizaciones instaron a la comunidad internacional a fomentar la cooperación en materia de acceso a alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad en Cuba.
En cuanto a las movilizaciones sociales, la CIDH instó al Estado a garantizar los derechos humanos de todas las personas manifestantes. "La protesta social es una herramienta fundamental en la defensa de la democracia y de los derechos humanos, que permite canalizar y visibilizar las demandas y reclamos de la población hacia las autoridades. En consecuencia, el Estado debe respetar, proteger, facilitar y garantizar el derecho a la libertad de expresión y reunión pacífica", concluyó el comunicado.