El restaurante de cubanos donde Mariano Rajoy perdió la Presidencia de España

Cuenta la leyenda que Mariano Rajoy estaba sentado en el número 58 de la calle Alcalá cuando perdió la presidencia de España. Una semana antes había tenido una reunión con su equipo en el mismo sitio. Se trata del restaurante especializado en atún rojo Arahy, de dueños cubanos, conducido por el chef José Ynglada.

"No es que yo lo quiera decir, es que se hizo público. De hecho, nosotros no hablamos de nuestros clientes. Una semana antes aprobaban los presupuestos del Estado aquí mismo. Fue un miércoles. Y al miércoles siguiente pierden el Gobierno. De hecho, no fue a la moción de censura y se quedó en esta casa", cuenta el cubano en entrevista con DIARIO DE CUBA.

La moción de censura contra Mariano Rajoy fue debatida en dos sesiones plenarias del Congreso de los Diputados que se celebraron el 31 de mayo y el 1 de junio de 2018. Su aprobación provocó la dimisión del Gobierno de España ante el rey, en cumplimiento del artículo 114 de la Constitución, y llevó a la investidura de Pedro Sánchez como séptimo presidente del Gobierno de España.

El restaurante Arahy, fue fundado un año antes de este suceso. En 2017, sus dueños habían ganado dos veces la lotería española. José Ynglada y su esposa, dos emigrantes cubanos que ya habían trabajado en el negocio de la hostelería, decidieron que era el momento de tener un proyecto propio.

En el inmueble que ocupa Arahy, estuvo antes el Club 31, otro espacio mítico de la capital madrileña. Los cubanos lo tenían difícil, pero lograron crear un espacio particular al escoger el atún rojo como protagonista, decorar el espacio alrededor del producto, utilizar el terciopelo rojo y la luz baja, con sofás alrededor de tres mesas, un recibidor con ropero y cuatro salones privados.

"Le pusimos el nombre de mi mujer por dos motivos. Uno, porque es la que manda, y otro, porque Arahy significa cambio, movimiento. Es un restaurante medianamente caro con una materia prima excepcional. Además es atípico porque los restaurantes son para ver y ser visto. En este abogamos por la privacidad: no quiero que me vean, quiero comer fenomenal, quiero tener una reunión privada, estoy con mis amigos, con mi pareja, y lo último que quiero es que se hable de mí. Entonces, es un restaurante bastante conservador en ese sentido", explica Ynglada sobre todo el concepto.

José Ynglada es cocinero de formación. Estudió en la escuela de cocina de Tropicana. "Llegamos a este país y dije: '¿qué es lo que siempre se hace en un sitio? Comer'. Entonces, fuimos montando restaurantes hasta que decidimos tener el nuestro, sin socios".

España es el segundo país del mundo con más emigrantes cubanos. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE), al cierre de 2023, certificó que vivían en el país ibérico unos 200.000 cubanos, es la cifra más alta desde que existen registros. Por eso no es casual la proliferación de negocios gastronómicos regentados por cubanos. Sin embargo, lo que sí es peculiar es el concepto de atún rojo que defiende Arahy.

"Muchos clientes nuestros vienen de Miami a probar algo diferente que no encuentran ni allí. Y dicen: 'no, no queremos encasillarnos con un producto de Cuba, eso ya lo tenemos en Miami'. Y entonces muchos vienen a probar cosas nuevas elaboradas por un cubano en un sitio como Madrid".

Mientras Ynglada conversa, en la cocina se siente el movimiento. Son las 11:30 de la mañana en Madrid y a las 12:30 reciben su primera reserva del día. Antes debe comer el personal y dejar todo listo para que el servicio sea de excelencia. Ynglada podría dedicarse solo a ser un empresario; sin embargo, él prefiere seguir cocinando.

"Esto es pasión. Mi esposa es la que lleva los números. Yo estoy en cocinas siempre, haya eventos o no. Estoy dedicado por y para el restaurante. Me mueve mucho la pasión por la cocina y por la materia prima". 

El chef cubano no viaja a la Isla desde el año que fundó el restaurante. Aun así, tiene la idea de poder tener un proyecto allí.

"Fui porque quise llevar a mis hijas a conocer Cuba. Son españolas, nacieron aquí. Aunque le preguntas a ellas y dicen que son cubanas. Cuba está presente en muchos de los proyectos que estamos intentando lanzar. Es la patria, donde nacimos, donde están nuestros recuerdos, nuestra infancia. Nos gustaría tener la oportunidad y la posibilidad de implantar algo allí".

A pesar de no ser el atún rojo un producto típico de la cocina cubana, en Arahy no se olvidan las raíces. En la carta se puede pedir brioche de ropa vieja, que viene emplatado en una vajilla con la bandera cubana.

"Le decimos al cliente: 'Estás en Arahy, es un sitio clásico, pero yo soy cubano. Y me encantaría que pruebes un producto cubano'. Entonces traigo el brioche de ropa vieja. Cuando el cliente ve la bandera ya no quedan dudas de nuestro origen. Imagínate que la comida del personal es con platanitos maduros fritos y el arroz que no puede faltar".

¿Te consideras un emigrante realizado?

Sí. Cuando emigramos es duro. Siempre vas a sentir la nostalgia, el cariño, pierdes muchos valores, ganas otros. Al principio piensas si ha valido la pena, pero tienes que intentar buscar un futuro para ti. Aunque yo creo que todos somos inmigrantes. De hecho, cuando evolucionas en la vida y no te encasillas, vas buscando métodos para expandirte, eso es una manera de ser emigrante.